ABAD, Diego José
Conocido también por Abadiano, nació en Xiquilpán (Méjico) en 1727. A los catorce años ingresó en la Compañía de Jesús y, ya graduado, se dedicó a la enseñanza de Retórica, Filosofía y Derecho en Zacatecas, Méjico y Querétaro, de donde también fue Rector. En 1767, al ser expulsada la Compañía de los reinos hispanos, marchó a Italia y fijó su residencia en Ferrara, donde falleció el 30 de septiembre de 1779.
Dentro de su polifacética personalidad cabe destacar en primer término por ser lo más sobresaliente de su período mejicano, su intervención en la renovación de los estudios que la Compañía llevó a cabo en los colegios de Nueva España y que, proyectada por él con Campoy y otros jóvenes jesuitas en el Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo, tuvo oportunidad de experimentar desde sus cátedras en el Colegio de San Ildefonso, e irradiar después a otras instituciones docentes del país por el prestigio de que los estudios de San Ildefonso gozaban en todo el Virreinato.
Filosóficamente sus obras más relevantes son el Cursus philosophicus en cuatro volúmenes de filiación aristotélica, pero abierto a la problemática de los nuevo pensadores, que examina con serenidad e imparcialidad de juicio, siendo de destacar la objetividad y exactitud con que presenta las teorías de Descartes y Gassendi; y una obra en verso, De Deo heroica, poema latino dividido en dos partes -la primera dedicada a exponer la Teología Natural y la segunda la vida de Cristo-, en el que con un admirable dominio de la dicción y de la versificación clásicas aborda la dificultosa tarea de armonizar la aridez propia de la fórmula y el tecnicismo demostrativos con el ritmo y la cadencia poéticos. No obstante, el poema constituyó un auténtico éxito, que le mereció innumorables parabienes e incluso su ingreso en la Augusta Academia de la Rovere, fundada por María Teresa de de Austria.